Es esta ausencia
la de ahora, la firme y lejana
la que te trae a mi, y me sobrevuela.
Un golpe de viento
arrastrando todos los recuerdos
y yo esperándote,
una vez más,
posarte en mi cama
casi de puntillas
tomar mi espalda,
desplomarte en mis sueños.
Yo te creo. Te creo. Creo.
Vuelves a mí
sin deshabitarme.
Razón suficiente,
en la que permaneces.
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